martes, 15 de abril de 2014
Procrastinate antes que procastrinar
domingo, 16 de marzo de 2014
Que pereza, pero esta vez toca de política
sábado, 1 de marzo de 2014
De nuevo en la lucha con el teclado
sábado, 21 de noviembre de 2009
Ellos, los del guante. Nosotros, los de la mano de Dios
jueves, 5 de noviembre de 2009
Vos que la tenes cuidala, si supieras cuanto vale
No hablo, como Julio Jaramillo en “La Cama Vacía” de mi madre. Afortunadamente Dios ha querido no sólo que mi mamá Camicha nos acompañe a mis hermanas y a mí, sino también Gregorio Sr. y mi abuela Alicia, quien a sus 91, sigue mas campante que Johny Walker.
Ustedes que la tienen, cuídela: me refiero a la empleada del servicio, esa mujer que lava calzoncillos sucios, hace rendir lo poco que hay en la nevera, limpia inodoros y duchas sucias, devuelve los billetes que encuentra en los bolsillos y, en la gran mayoría de los casos, guarda un gran cariño por su jefe, patrón(a) o como quieran llamarlo(a).
En Colombia la empleada del servicio es algo que se da por sentado. Nacimos en hogares donde siempre hubo empleada. Luego, nosotros mismos contamos con su servicio y, como sucede con el oxigeno, uno sólo se da cuenta de su importancia, al sentir su ausencia. Esta persona que deja de vivir su vida propia para ver en nosotros una vida prestada, recibe, además de escasos 25 o 30 mil pesos diarios, sobrenombres tan miserables como coima, manteca, muchacha, queca, destroyer, guiza, entro otros. Y, repito, la gran mayoría de ellas siente un enorme cariño por nosotros, quienes “les damos trabajo” como orgullosamente sienten muchos de quienes tienen la suerte de no tener que lavar su propia ropa sucia.
La próxima vez que la empleada, involuntariamente haga un daño, (créanme, dudo mucho que ella se siente a pensar que va a dañar en su casa), piense que en mi caso personal, cada vez que voy a lavar ropa con clorox (es científico), me tiro algo, bien sea de lo que quiero lavar o de lo que tengo puesto. Piense que cuando no se tiene empleada, la imaginación a uno le da para comer 5 platos que se repiten semana tras semana. Piense en lo que será para ella salir de trabajar, dejando su casa como una tacita de plata, para llegar a la de ella, mucho mas desordenada porque después de organizar todo el día un hogar ajeno, esta demasiado agotada para ordenar el suyo propio.
Conozco gente que cuando hace mercado, compra 2 tipos de carne (lomo para mí, entretecho para ella; pechugas para mí, rabadilla para ella; pan de 7 granos para mí, comapán para ella). Nada mas ruin que eso. Cuando uno tiene un almuerzo de trabajo en Colombia, el 99% de las veces, resulta mejor que el almuerzo que uno hubiera costeado por voluntad propia. Permítale a su empleada entonces tener un mejor almuerzo que el que su insuficiente sueldo le permite a ella tener.
Por eso, ahora que se acerca Navidad, piense en comprarle algo de regalo. Si muchos de nosotros pensamos en un regalo para un jefe que lo tiene todo, lo mínimo que se puede hacer como muestra de agradecimiento por esta persona a quien le falta tanto, es darle algo útil. Que el regalo no sea un recicle o una caja de galletas (las cuales usted no se comería) con vino (el cual usted no se tomaría).
Y lo mas importante, cuando empiece el año entrante, no sea tan mezquino como el Ministerio de Hacienda que terminará aprobando un aumento de los salarios del 5% o menos. Si su empleada gana 25 mil el día, súbale a 30 mil. Si gana 30 mil ,súbale a 35 mil. Esa plata se la puede ahorrar dejando de tomar una cerveza o de pedir una entrada en un almuerzo o una comida. Para su empleada, puede ser la plata que le permita pagar una deuda y dormir tranquilamente, para, al otro día, volver a resolverle la vida a usted o otra persona.
Sólo para que se den cuenta de la gran suerte que es tenerla; acá, alguien que le ayude a uno con el aseo de la casa, cobra 15 dólares la hora. Vos que la tenés cuidala, si supieras cuanto vale.
Así que mi caluroso y respetuoso saludo desde la distancia para, entre otras, Magaly, Bleidis, Ofelia, Herminia, Marleny, Elda, Berta, Berenice y, especialmente, para Carmelita, quien nos vió crecer y, como los animales más nobles de la selva, dejó su hogar para morir sola y no causarle dolor a quienes vivíamos con ella.
miércoles, 26 de agosto de 2009
Romeo and Juliet, 21st Century
I can’t believe I’m writing this, but the Ryan Jenkins/Jasmine Fiore saga has a tragic, almost Shakespearean quality that elevates it above what one reporter called its “grimy glamour.”
While its seamy details have cranked the reality TV/tabloid industry into hyperdrive, even threatening to replace Michael Jackson’s bizarre addictions as the lead item, this story says something about our times and the people caught up in them.
Ryan, from Calgary, and Jasmine, from Bonny Doon, a suburb of Santa Cruz, Calif., were once real people.
Ryan worked with his father and made real estate deals in Canada’s oil capital. He gave flying lessons. He was accomplished.
Jasmine, a.k.a. Jasmine Lepore, was once an athletic girl who loved dogs and horses and dreamed of becoming an actress.
Today they are dead. Jasmine’s body was found mutilated to hide her identity, stuffed in a suitcase and discarded in a park near Los Angeles, where it was found by a homeless person. Ryan was the prime (and apparently only) suspect. On the run, he was found dead from an apparent suicide in a cheap hotel room in Hope, B.C.
Before they died, they both caught Hollywooditis, which is often fatal. It affects the heart and soul and transforms its victims into strangers to their loved ones and, I suspect, themselves.
Jasmine changed her name, got a boob job, posed for Playboy and married Ryan, a guy she’d known for two days in Vegas. Ryan became a professional lounge lizard, signing up for “reality” shows called Megan Wants a Millionaire and I Love Money 3, both VH1 productions that wallow in greed and soft porn.
Almost inevitably, these two fakes found each other and that’s when reality (the real thing) set in, like the mother of all hangovers.
It would take Shakespeare at the height of his powers to capture all the irony that taints this story. At its core, a most bitter twist: Although Jasmine’s killer — allegedly Ryan — pulled her teeth out and cut off her fingers to obscure her identity, the CSI wizards identified her by the serial numbers on her breast implants. Even Shakespeare would have a tough time coming up with that one.
Nosotros crecimos viendo "Revivamos Nuestra Historia" y "Naturalia" y aun así somos la cagada. Que se puede esperar de quienes crecen viendo "Protagonistas de Novela", "Cambio Extremo" y "The Surreal Life"? Y que se puede esperar de los que salen en esos programas???
jueves, 9 de julio de 2009
De Jorge Orlando Melo.
En 2004 tuve la oportunidad de trabajar con Jorge Orlando Melo, director de la biblioteca Luis Angel Arango por muchos años. Una de esas personas que le recuerda a uno, con solo hablar con el, lo bruto que uno es. Un tipo que conoce como pocos lo que es el español y lo que le esta pasando al idioma. Y eso que no hace referencia al fin de la ortografía planteado por la llegada del email, los twiters y el blackberry. Saramago dice que ahora con los blogs se escribe mas, pero peor. Y ni hablar de lo que le toca a uno oír en la calle.
En 2004 tuve la oportunidad de trabajar con Jorge Orlando Melo, director de la biblioteca Luis Angel Arango por muchos años. Una de esas personas que le recuerda a uno, con solo hablar con el, lo bruto que uno es. Un tipo que conoce como pocos lo que es el español y lo que le esta pasando al idioma. Y eso que no hace referencia al fin de la ortografía planteado por la llegada del email, los twiters y el blackberry. Saramago dice que ahora con los blogs se escribe mas, pero peor. Y ni hablar de lo que le toca a uno oír en la calle.
El colombiano exquisito
En 1990, el escritor Adolfo Bioy Casares publicó un delicioso libro, el Diccionario del argentino exquisito, con las palabras que sirven para hacer creer que uno es más culto o de mejor nivel social que los demás.
Existe también el "colombiano exquisito": el lenguaje rebuscado y acicalado de moda entre funcionarios, periodistas y personas que atienden público: los que quieren descrestar y mostrar que hablan mejor que sus oyentes.
Ellos cambian las palabras simples, las de la gente común y corriente, por otras más largas y sonoras. El esfuerzo de elegancia lleva a veces a disparates, a usar vocablos cuyo sentido no conocen, de modo que dicen "latente" (invisible, oculto) para referirse a algo visible, o "adolecer" para indicar que se carece de algo, cuando quiere decir lo contrario. O al ridículo, como las presentadoras de televisión, que tienen que inventar un sonido que no existe en español y distinguir la b de la v, y decir vaca con v labidental y sonora, casi una efe.
Pero lo más frecuente es usar palabras correctas, pero que se presumen elegantes, para evitar las ramplonas, vulgares, sencillas y claras. Es probable que meter, agarrar y coger hayan salido de la televisión por el miedo a aludir a actos eróticos: ahora "introducen" lo que sea y prefieren que uno "tome" el tenedor o el bus. Y el Gobierno, tratando de confundir, no dice que la producción cayó o bajó, sino que tuvo un "crecimiento negativo", mientras la asistente del gerente, que reemplazó a la secretaria, "agenda" una cita y le pide a uno que le "recuerde" el nombre y le "regale" la cédula.
Otras palabras desaparecen por el susto a usarlas mal. "Después de" ya no existe y sólo se usa "luego de". Las preposiciones son víctimas favoritas: "tras" y "contra" ya salieron de juego y hay que decir "contrario a".
Otras, por bonitas que sean, mueren porque son sencillas y breves, y las derrota el gusto por la expresión larga o pretenciosa: en los periódicos nadie anda por la calle sino que "se desplaza por la vía pública", ni entra a un edificio, sino que "ingresa a una edificación", ni existe tráfico sino "movilidad". Ascender está matando a subir; descender a bajar; invidente a ciego; iniciar a comenzar y principiar; concluir a acabar; reemplazar o transformar a cambiar; abuelito a anciano o viejo; escuchar a oír. Y las palabras simples se cambian por largas perífrasis: "cambiar el texto" se vuelve "introducir modificaciones en la redacción del documento" y "dar comida a los pobres" se convirtió en "desarrollar procesos de atención alimentaria a las poblaciones desfavorecidas".
Los ejemplos sobran: es fácil hacer una lista de centenares de palabras en peligro de desaparición, porque los burócratas, locutores y periodistas piensan que son de clase baja, y de palabras y expresiones presumidas, que pueden servir para un manual de estilo para los que quieren lucirse. Los idiomas han cambiado siempre. Pero lo nuevo es que la creatividad popular y la literatura ya no son la fuerza principal de cambio, sino los medios de comunicación y la burocracia. Y esto puede llevar a un idioma cada vez más simple, lleno de frases huecas y palabras rimbombantes.